Preces por la justicia y la paz II

 

PRECES POR LA JUSTICIA Y LA PAZ II

 

Oremos, amados hermanos, a Dios Padre Todopoderoso que ha proclamado por sus ángeles la gloria en el cielo, la paz en la tierra y la renovación en todo el universo, para que se digne llenarnos con sus bienes.

1.     Estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.     Por las organizaciones no gubernamentales y asociaciones caritativas dentro de la Iglesia, y fuera de ella, cuyos miembros, con ocasión de epidemias, calamidades o conflictos armados, afrontan fatigas y peligros para cuidar a los heridos y enfermos, como también para enterrar a los difuntos,  ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.     Por las personas y las asociaciones que ayudan a los emigrantes que atraviesan desiertos y surcan los mares en busca de mejores condiciones de vida, ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.     Por los periodistas y fotógrafos que informan a la opinión pública sobre las situaciones difíciles que interpelan las conciencias, y a los que se baten en defensa de los derechos humanos, sobre todo de las minorías étnicas y religiosas, de los pueblos indígenas, de las mujeres y de los niños, así como de todos aquellos que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad, ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.      Por los sacerdotes y misioneros que, como buenos pastores, permanecen junto a sus fieles y los sostienen a pesar de los peligros
y dificultades, de modo particular durante los conflictos armados, ROGUEMOS AL SEÑOR.

6.      Numerosas familias, en medio de tantas dificultades laborales y sociales, se esfuerzan concretamente en educar a sus hijos «contracorriente», con tantos sacrificios, en los valores de la solidaridad, la compasión y la fraternidad. Muchas familias abren sus corazones
y sus casas a quien tiene necesidad, como los refugiados y los emigrantes. Por todas ellas, ROGUEMOS AL SEÑOR.

7.     Por todas las personas, las familias, las parroquias, las comunidades religiosas, los monasterios y los santuarios, que han respondido rápidamente al llamamiento del Papa Francisco de acoger una familia de refugiados, ROGUEMOS AL SEÑOR.

8.      Por los jóvenes que se unen para realizar proyectos de solidaridad, y por todos aquellos que abren sus manos para ayudar al prójimo necesitado en sus ciudades, en su país o en otras regiones del mundo, ROGUEMOS AL SEÑOR.

9.      Por todos aquellos que trabajan en acciones de este tipo, aunque no se les dé publicidad: su hambre y sed de justicia será saciada, su misericordia hará que encuentren misericordia y, como trabajadores de la paz, serán llamados hijos de Dios, ROGUEMOS AL SEÑOR.

10.  Por todos nosotros. Cada uno está llamado a reconocer cómo se manifiesta la indiferencia en la propia vida, y a adoptar un compromiso concreto para contribuir a mejorar la realidad donde vive, a partir de la propia familia, de su vecindario o el ambiente de trabajo, ROGUEMOS AL
SEÑOR.

Dios todopoderoso y eterno que gobiernas cielo y tierra: escucha las oraciones de tu Iglesia y concede a nuestro tiempo los dones de tu bondad.
Por Jesucristo.