20 DE JUNIO-DÍA MUNDIAL DEL REFUGIADO

 
DÍA MUNDIAL DEL REFUGIADO
 
 
La presencia de los migrantes y los refugiados representa un enorme reto, pero también una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos. Gracias a ellos tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad. Podemos madurar en humanidad y construir juntos un “nosotros” más grande. (Papa Francisco)1 
 
El Día Mundial del Refugiado es un día internacional designado por las Naciones Unidas para honrar a las personas refugiadas y desplazadas alrededor del mundo. Se conmemora el 20 de junio de cada año para enaltecer la fuerza y el coraje de las personas que han sido forzadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones.2 
Desde la Comisión Diocesana de Justicia y Paz queremos llamar la atención sobre este día, porque lejos de disminuir el número de personas que deben abandonar sus hogares y países por razones de violencia, racismo, género o religión siguen aumentando, y así el 14 de junio de 2023, ACNUR 3  denunció que se habría alcanzado la escalofriante cifra de 110 millones de personas refugiadas o desplazadas en nuestra casa común, y como recoge la ONU: “cada minuto veinticuatro personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución y el terror”4 .
Ante esta trágica situación de tantos seres humanos, podría pensarse que los países más desarrollados, los recibirían, al menos, con cordialidad y cumplirían con los deberes que la ONU establece para la atención de los refugiados.
Desgraciadamente no siempre es así. Si nos centramos en nuestro país existe un auténtico problema con la obtención de citas para regularizar a estas personas que llegan a nuestro país huyendo, lo que provoca que durante un largo periodo de tiempo estos seres humanos sean invisibles, ya que “sin citas no hay derechos”, como ya recogió La Mesa de la Hospitalidad de Madrid el 18 de diciembre de 2022 5 . La situación no parece haber mejorado desde entonces, y así la Asamblea Sin citas no hay derechos, convocó una concentración frente a la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior el día 31 de mayo, porque como dice textualmente en la convocatoria: “Somos personas refugiadas llegadas a España que esperamos desde hace más de cinco meses, obtener una cita para solicitar asilo e iniciar el procedimiento que nos pueda proteger.”   Porque la página web del Ministerio del Interior sigue indicando que no hay citas disponibles y los teléfonos habilitados comunican constantemente.
Decenas de millones de personas refugiadas o con demanda de asilo en el mundo, decenas de miles de seres humanos que mueren en el mar Mediterráneo intentando llegar a la rica Europa, (como la tragedia sucedida recientemente en el mar Jónico con el hundimiento de un pesquero, y que ha ocasionado que cientos de personas principalmente mujeres y niños hayan desparecido engullidos por el mar) y en España miles de personas a las que NO SE ATIENDE, conculcando todo el Derecho Internacional. ¿No han sufrido bastante estas mujeres, hombre, incluso niños? ¿No pueden ser tratadas con justicia y dignidad por el Gobierno de España y las comunidades autonómicas, especialmente la Comunidad de Madrid que es donde vivimos? Quizá no podamos resolver los problemas globales, pero no parece tan difícil tramitar, sin excesivas demoras, los papeles de los demandantes de asilo.
En este día mundial del Refugiado, Justicia y Paz, Madrid, se une en oración a esos millones de personas que lo han perdido todo y exige a nuestro gobierno un trato más humano, de acuerdo con la Convención de 1951 de Naciones Unidas que España ha firmado, para todas las personas que llegan a España en una situación desesperada, padeciendo, en muchos casos, unos desplazamientos llenos de peligros y que esperan una cita para que se les reconozcan sus derechos e iniciar, así, una nueva vida. 
Que no se nos olvide nunca que son nuestros hermanos, que no se nos olvide nunca las palabras de Jesús:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque […] fui forastero y me hospedasteis […]. Entonces dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno […]. Porque […] era forastero, y no me acogisteis” (Mt 25: 35-44)