7 DE OCTUBRE JORNADA POR EL TRABAJO DECENTE. POR TI POR MÍ TRABAJO DECENTE

Hoy 7 de octubre celebramos el día internacional por el TRABAJO DECENTE, que fue instituido en el año 2008 por la Organización Internacional del Trabajo. Según esta organización, el trabajo decente significa “la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para todos, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres.”

La Iglesia católica no es ajena a los derechos de los trabajadores y a través de su Doctrina Social viene reclamando desde León XIII en su encíclica Rerum Novarum (1891) que el trabajo atienda a la dignidad y a los derechos de las personas, como hijos de Dios que somos todos.

En España hace diez años, se constituyó la plataforma de Iglesia por el Trabajo Decente, que desde entonces viene luchando porque el trabajo de todos los hombres y mujeres sea digno y decente, este año con el lema de POR TI, POR MÍ TRABAJO DECENTE, porque todos tenemos que colaborar en conseguir este objetivo y en su manifiesto se reafirma en su “compromiso con la dignidad y el cuidado de todas las personas trabajadoras en todo el mundo”
 
La diócesis de Madrid, a través de la mesa por el Trabajo Decente de Madrid, a la que esta Comisión de Justicia y Paz pertenece, conmemoró ayer este día con un paseo reivindicativo por Callao-Sol -Ópera. En esta última plaza denunció, a través de una performance, los males que aquejan al trabajo en España: falta de salarios dignos, paro juvenil, discriminación de género, edadismo, accidentes laborales, etc. El acto terminó con la lectura del manifiesto y unas palabras de monseñor Vicente Martín, que nos acompañó durante todo el recorrido y que entre otras cosas dijo: “La Iglesia insiste en la necesidad de preservar el trabajo como un derecho humano fundamental que permita siempre una vida digna. Por ello se compromete, como parte activa de la sociedad, en la búsqueda del bien común.”
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