JMJ-LISBOA 2023

            Desde Justicia y Paz Madrid, queremos hacernos eco de las Jornadas Mundiales de la Juventud que se han celebrado en Lisboa del 2 al 6 de agosto, presididas por el papa Francisco y a las que se calcula han asistido cerca de millón y medio de jóvenes. Las jornadas han terminado y ahora es el momento de que Den den su fruto, no solo en los jóvenes que han estado presentes, sino en todos los católicos del mundo, jóvenes y menos jóvenes, de ahí el recuerdo del papa a las raíces y a la alegría del mensaje que llevamos en nuestras vasijas de barro:

“Pero esa alegría que nosotros tenemos, también otros nos prepararon para recibirla. Ahora miremos para atrás, todo lo que hemos recibido, lo que hemos recibido y han preparado, todo eso, ha preparado nuestro corazón para la alegría. Todos, si miramos hacia atrás, tenemos personas que fueron un rayo de luz para la vida: padres, abuelos, amigos, sacerdotes, religiosos, catequistas, animadores, maestros. Ellos son como las raíces de nuestra alegría. Ahora hacemos un segundo de silencio y cada uno piensa en aquellos que nos dieron algo en la vida, que son como las raíces de la alegría.” (Vigilia del 5 de agosto)

El papa hizo, por otra parte un llamamiento a LA JUSTICIA Y LA PAZ, por la que hay que seguir trabajando y que en estos momentos están tan comprometidas, no solo en Ucrania, también en Yemen, Sudán, Níger y tantos otros países y regiones en conflicto, y nos anima a no desanimarnos

“a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse quizás fracasados o por intentar esconder el dolor disfrazándolo con una sonrisa; a ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo —y está bien que quieran cambiar el mundo— y que quieren luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad a la vida, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan [como] la tierra necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, [Jesús] hoy les dice: "No tengan miedo".”(homilía de la misa de 6 de agosto)

Por último, queremos acompañar al papa Francisco, en su oración a María, a la que en Fátima, a la que se dirigió como “Virgen apurada”, en el sentido de que se preocupa por nosotros y siempre acude en nuestra ayuda.

Oh María, nosotros te amamos y confiamos en ti. Y a ti, ahora, nos encomendamos nuevamente. Con corazón de hijos te consagramos nuestras vidas, para siempre. Te consagramos la Iglesia y el mundo, especialmente los países en guerra. Obtén para nosotros la paz. Tú, Virgen del camino, abre senderos donde parece que no existen. Tú, que desatas los nudos, deshace los enredos del egoísmo y los lazos del poder. Tú, que nunca te dejas ganar en generosidad, llénanos de ternura, cólmanos de esperanza y haznos gustar la alegría que no pasa, la alegría del Evangelio. Amén.

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