Primeras palabras del nuevo arzobispo de Madrid, don José Cobo
De la vibrante y comprometida homilía de hoy en el inicio de su ministerio arzobispal en Madrid queremos destacar:
"Nuestra voz armónica como Iglesia no será la de tener la razón en todo, ni la de presumir del poder de los números, ni mucho menos de identificarnos con una u otra ideología política o cultural. Nuestra voz no aspira al monopolio del poder en nuestra sociedad. Tampoco queremos quedarnos añorando el pasado. Ni nos entretendremos en multiplicar condenas o lanzar reproches. Queremos no despistarnos demasiado por el camino. No pretendemos entretenernos con disputas estériles que distraen de lo principal. Queremos caminar siempre al ritmo ágil y libre de Jesús, el Cristo; siempre atentos a quienes quedan descartados al borde del camino.
"Las migraciones, la desigualdad, la soledad, la violencia y el sinsentido son los rincones donde las personas desplazadas, los pobres, los cautivos, los ciegos y oprimidos esperan a nosotros, los seguidores de Cristo, unidos, para ser rescatados y reconocidos como hijos de Dios.
"No olvidamos que somos una Iglesia samaritana. Cada pesebre y cada cruz de hoy es nuestra matriz de siempre. Por eso, los pobres son uno de nuestros más serios criterios de discernimiento en todo lo que hacemos. Lo que hagamos con ellos juzgará cada uno de nuestros pasos, como nos dijo Cristo. Por eso, sin ellos no hay camino. Sin su inclusión social y eclesial, la alegría del Evangelio sería un imposible".