NUESTROS DERECHOS, NUESTRO FUTURO ¡YA!
NUESTROS DERECHOS, NUESTRO FUTURO ¡YA!
COMUNICADO DE LA COMISIÓN DIOCESANA DE JUSTICIA Y PAZ DE MADRID EN EL DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
El 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos para conmemorar el momento en el que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó, en Paris, en el año 1948, la Declaración Universal de Derechos Humanos y con ella se establecieron una serie de derechos inalienables y libertades fundamentales para todos los seres humanos.
Este año 2024 se pretende recalcar que los derechos humanos “pueden empoderar a las personas y a las comunidades para forjar un mañana mejor. Abrazando y confiando en todo el poder de los derechos humanos podemos avanzar hacia el mundo que queremos, más pacífico, igualitario y sostenible.”
Este Día de los Derechos Humanos de 2024, la ONU se centra en cómo los derechos humanos son el camino hacia sociedades pacíficas, justas e inclusivas, desempeñando un papel fundamental como fuerza protectora y transformadora.
Desde la Comisión diocesana de Justicia y Paz de Madrid queremos hacer hincapié en el lema de este año 2024: “Nuestros derechos, nuestro futuro ¡Ya!”, porque hace 76 años que se aprobó la Declaración y si bien se ha avanzado en muchos aspectos, en especial en determinados países, se siguen vulnerando estos derechos primigenios que emanan de la dignidad de la persona humana creada por Dios. Es por eso, que queremos hacer una lectura de nuestra realidad, para señalar aquellos aspectos más sensibles en los que se debe avanzar mucho más, de acuerdo con el fin de reavivar esta Declaración.
En este sentido destacamos el sufrimiento y la pérdida de derechos que siguen ocasionando las guerras en el mundo. En este año pasado se han incorporado a la larga lista de enfrentamientos la situación explosiva del Próximo Oriente a la que se añade la victoria de las tropas rebeldes lo que provoca una situación incierta en Siria; a estos se añade una peligrosa escalada en la guerra en Ucrania con amenazas nucleares; sin olvidar, los numerosos conflictos activos en África.
También recordamos la situación de la mujer especialmente en países en que se las priva de todo derecho. No podemos olvidar, en este sentido, a las mujeres de Afganistán, “cosificadas” por los talibanes y a las que nuestro mundo occidental parece haber relegado al olvido, incluso los movimientos feministas.
Nos preocupa la falta de libertad y la conculcación de derechos humanos que esto trae consigo en varios países latinoamericanos como Venezuela, Nicaragua y Cuba, sin olvidar a otros muchos como Corea del Norte, Afganistán, Irán o Myanmar.
Volviendo la mirada a Europa, no podemos dejar de denunciar el trato que la Unión Europea da a las personas migrantes y con especial énfasis resaltamos el que se está dando a los niños y adolescentes migrantes en Canarias y en muchos lugares de España, sin olvidar los hacinamientos lacerantes sucedidos en los centros de menores inmigrantes de nuestra comunidad y en el aeropuerto de Madrid Barajas.
En este sentido, la Iglesia sigue insistiendo en la necesidad de la defensa de los derechos de los refugiados e inmigrantes en especial cuando se constata una tendencia de varios partidos políticos y países que con sus políticas de deportaciones incumplen el derecho internacional al negarles la acogida digna que como seres humanos merecen, como sucede con los CIEs y la creación de campos de concentración en terceros países. Como señala el Papa Francisco en su catequesis titulada Mar y desierto “no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos, porque rechazar a los migrantes es un pecado grave.”
Inmersos en el tiempo de Adviento, tiempo de preparación a la llegada del Mesías, recordemos que Él fue pobre, emigrante, perseguido, acusado, torturado y clavado en una cruz injustamente. Pensemos también que Él elevó a toda la humanidad a la categoría de sus hermanos y de hijos de Dios Padre, es por eso que como cristianos estamos obligados a ser defensores y garantes de los DERECHOS HUMANOS.
Nota: La foto es la cúpula de los Derechos Humano que se encuentra en la sala XX del Palacio de las Naciones, Ginebra, de Miquel Barceló